Cuando uno lleva tres meses y medio de casado, todavía hay muchas cosas nuevas, cosas que haces por priera vez, que sabes que son la primera de muchas, y que sin algunos de esos clásicos momentos no puedes decir que tu matrimonio sea uno como los demás. Para nosotros, uno de esos momentos ha ocurrido el sábado.
Fuimos a
IKEA.
Lo de ir ya tenía algo de tela: tranvía de 25 minutos a la estación de tren, tren de 15 minutos al pueblo donde lo han puesto, y un paseo de 3 kilómetros hasta el sitio en cuestión. Allí anduvimos mirando de todo, para hacer una lista de cosas que comprar. En principio, lo que más necesitamos es:
- Una cama, o sofá cama
- Una mesa y dos sillas
- Frigorífico y lavadora
No es que no necesitemos más, porque en el apartamento no hay ni un mueble, salvo fogones y fregadero en la cocina. Pero igual compramos también una segunda tanda de cosas:
- Armario para tooooda la ropa que tenemos
- Escritorio y silla, para los ordenadores
- Sofá, si compramos una cama
Otros lujos como estanterías, una mesa grande, etc. son la tercera etapa. El caso es que no podemos tardar en decidirnos: en principio el jueves vamos a firmar, pagar y nos dan las llaves, y en la residencia sólo hemos pagado hasta el viernes para quedarnos (claro que creo que podemos extenderlo un par de días). Lo bueno es que las cosas que había mandado por barco están ya en Austria, y nos las traerán el viernes, incluyendo cinco sillas plegables y dos sacos de dormir. Pero claro, ni hemos quedado todavía para firmar (y eso me tiene un poco nervioso), ni hemos confirmado que nos traigan las cosas. Malabarismos hasta última hora.
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