Además, hoy llegó lo que habíamos mandado desde Canadá. Lo malo fue que venía todo montado en un palé y envuelto en celo, y me lo dejaron en la calle, con lo que nos tocó a Rana y a mí subir todo a casa (281 kilos). Pero bueno, contentos, parece que las cosas más frágiles han llegado más o menos bien por lo poco que hemos visto.
Luego fuimos a una tienda de electrodomésticos a buscar frigorífico y lavadora. Todo muy bien, hasta que preguntamos por el pago a plazos: como llevamos menos de tres meses aquí, el banco con el que trabajan no acepta. Al menos es mejor que la otra tienda que hemos visto últimamente: en aquella no podíamos porque la tarjeta de débito está a nombre de Rana pero el contrato de trabajo es mío (poco importa que la cuenta sea de los dos). Comprar todo de golpe es mucho, así que vamos a aprovechar estas dos semanas buscando. Además, mañana vamos a IKEA otra vez, si nos financian compraremos un poco de todo, si no compraremos lo justito.
Antes de volver a la residencia paramos en casa. Aquí pongo un vídeo (8.6 MB).
Hemos hecho mucho este mes, en tema de conocer la ciudad, gente, el trabajo, y asentarnos. Con lo último estamos contentos, el estrés va pasando según vamos arreglando cosas. Pronto, hogar dulce hogar...
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