martes, 6 de noviembre de 2007

Tres años de blog

Hoy hace tres años que escribí mi primer artículo de blog. Fue en una estancia de investigación de un mes, en Moscú (Idaho), un pueblecito perdido en el norte de EE.UU. Yo lo estaba pasando fatal por temas personales y, aunque el trabajo allí estaba entretenido, el estar casi solo y bastante deprimido habría sido una tortura. Pero yo, siempre curioseando, había leído algunos blogs, y decidí empezar uno para contar mis aventurillas. Con ese espíritu de turista curiosón, con una dosis de Paco Martínez Soria y otra de Obélix ("¡están locos estos estadounidenses!"), me dediqué a buscar lo curioso, a sacar un poco de punta y, por encima de todo, a desahogarme. Y funcionó: tengo muy buenos recuerdos y anécdotas de aquel mesecito.

Poco después me mudé a Montreal, y allí empecé otro blog en el que conté durante dos años y medio cómo se vive allí (o cómo viví yo). Lo que en principio era un blog para tener a los amigos al tanto de mis pequeñas andanzas se fue convirtiendo poco a poco en el púlpito desde el que explotar mi vena de predicador, cosa positiva para mí porque me tomo en serio el buscar información sobre cada tema, y así es como se aprende. La verdad es que engancha esto de escribir; fue un alegrón cuando tuve por primera vez una docena de visitas en un solo día (no es que haya pasado muchas veces...).

Este, mi tercer blog, lo empecé tiempo antes de mudarme a Austria, y me encantaría que fuera un punto de referencia para aquellos que compartan ideas conmigo, y un sitio en el que aprender algunas cositas para aquellos que buscan, y desde luego que siga siendo el sitio donde mis amigos puedan leer mis últimas anécdotas. Pero pase quien pase por aquí, seguirá encontrando regularmente un pedacito de mí, al descubierto.

Si tienes un minuto, déjame un comentario rápido para decirme algo que recuerdes especialmente de mis blogs, o para criticarme o pedirme algo, o, si estás de paso, para decir hola... el próximo día seguiremos como siempre.

Gracias por leerme,

David

1 comentario:

Anónimo dijo...

Recuerdo lo de la cama de matrimonio y al tio que fue a tu casa en busca de afecto o a robar, aun no esta claro.
Solo las cosas de mente sucia...
Domingo