Hoy, gracias al blog de mi amigo Alex he visto una entrevista a un reportero canadiense que, entre otras cosas, viajó a Iraq pocas semanas antes de que Estados Unidos atacara, y se quedó a vivir con una familia normal mientras la invasión seguía su curso. Claro, que de él se esperaba mucho: es hijo de Pierre E. Trudeau, quien fue primer ministro de Canadá y es aún uno de los hombres más queridos por los canadienses (dirigió el país en algunos momentos muy críticos, como la época más separatista de Quebec, o la independencia de Gran Bretaña). Quería haber escrito algo sobre él en mi anterior blog pero nunca me puse del todo. En su época de gobernante, su manera de llevar el país no era lo que más daba que hablar: fue un político rebelde y un hombre extravagante, como prueban sus visitas a la Casa de los Comunes en sandalias, su visita a Cuba que hizo enfriar las relaciones con Estados Unidos, o aquella famosa ocasión en que hizo una pirueta a espaldas de la reina Isabel II.
Además de su hijo Alexandre, el reportero, tiene otro hijo que se ha metido en política recientemente, y seguro que aportará cosas positivas. Una familia que vale la pena en el sucio mundo de la política. Por cierto, ¿quién hará mejores piruetas, Zapatero o Rajoy?
viernes, 28 de septiembre de 2007
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