viernes, 21 de septiembre de 2007

Verdades escondidas

Hoy hemos visto en casa un documental de la BBC sobre Iraq llamado "Iraq: the hidden story" que muestra lo difícil que es obtener información acerca de lo que pasa en Iraq: los periodistas extranjeros, así como los pocos periodistas independientes que quedan, son asesinados o secuestrados a la menor oportunidad. Las grandes agencias internacionales mandan periodistas a la "zona verde", una pequeña parte de Bagdad donde están las embajadas estadounidense y británica, trabajadores locales para esos dos gobiernos, etc. Pero claro, desde allí, sin poder ir donde está pasando todo, y sólo recibiendo información de fuentes oficiales, es imposible saber la verdad.

Ese es uno de los grandes problemas: las dos fuentes oficiales de información son todo menos fiables. De Estados Unidos, ya nos hemos llevado las tres mentiras más gordas de todo el asunto: armas de destrucción masiva (que nunca hubo), relación entre Sadam Hussein y Al Qaeda (que tampoco hubo), y la "cruzada por la democracia". En cuanto a los políticos iraquíes, cada uno busca su poder personal, con lo que la información se convierte en arma.

En el documental hablan de cómo muchos periodistas han sido asesinados por algunos de los muchos grupos armados, incluídos los soldados americanos. Aun así, todavía hay algunos que esperan a oír una explosión, y salen corriendo con una cámara en la mano. Ellos son los que proporcionan las imágenes que vemos en las noticias. Claro que en las noticias no vemos todo lo que hay: siempre se editan los vídeos para quitar las imágenes más duras. ¿Quién quiere que le amarguen la hora de la cena con escenas de sangre, dolor y muerte? Pero sin esas imágenes, la guerra en Iraq se convierte en una película más, en algo que no nos llega. Es precisamente lo que ocurre en Estados Unidos: esa limpieza informativa es la que ha evitado que la opinión pública haya estallado en contra de la invasión.

Es duro ver la verdad del mundo, pero yo creo que si no lo hacemos, nunca estaremos suficientemente convencidos como para actuar cuando haya una oportunidad.

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