Me ha contado Rana que un matemático conocido, llamado David Mumford (un nombre famoso en los temas que trabajo), ha recibido un premio del parlamento israelí, y ha decidido donar el dinero a medias entre la universidad palestina de Birzeit y la ONG árabe-israelí Gisha, que se dedica a luchar por el derecho a la movilidad de los palestinos (muchos no pueden apenas moverse por los bloqueos militares de las carreteras, etc.).
Dice que no lo hace por intereses políticos, sino porque la movilidad y el acceso a la educación son fundamentales a la hora de preparar a las futuras generaciones de matemáticos palestinos. En cualquier caso, me parece muy bien que el dinero del premio sirva para algo constructivo, y más aún cuando se trata de hacer más público un tema como las consecuencias del conflicto palestino-israelí.
En otro orden de noticias (y no sin relación), Amnistía Internacional ha escrito un informe con motivo del 60 aniversario este año de la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el que pone a parir a muchos gobiernos en todo el mundo. Mucho por hacer...
miércoles, 28 de mayo de 2008
sábado, 17 de mayo de 2008
En el nombre del padre
Hoy vimos En el nombre del padre, una película que muchos llamarían antigua (1993). Sólo quince años, pero en términos de cómo cambia el mundo y de lo rápido que olvidamos, es toda una vida. En el caso de la película de hoy, basada en hechos reales, unos jóvenes irlandeses se ven acusados de un atentado bomba del IRA en los años 70 y pasan quince años en prisión sin haber cometido ese delito.
Como ya me pasó cuando vi Gandhi, me sorprende darme cuenta de cómo las cosas que pasan hoy ya han pasado antes, y además hace relativamente poco... en un momento dado de la película, alguien se escandaliza porque en Gran Bretaña sale una ley antiterrorista por la que la policía puede retener a cualquiera durante 7 días sin acusarles de nada (en la película, como en la realidad, usaron esos 7 días para intimidarles y torturarles en busca de una confesión). Mirad ahora, ¿quién se sorprende de que se pueda arrestar a gente, ponerles en una cárcel militar durante años bajo tortura y en contra de los derechos universales más básicos, no darles acceso a abogados durante mucho tiempo, y no dar a los abogados permiso para ver las pruebas contra sus clientes? Por supuesto, hablo de la base de Guantánamo. Nos suena vagamente que hay cárceles parecidas en otros países, ¿no? (sólo vagamente, como un rumor lejano... espera, que son terroristas, ¡se merecen eso y más...!)
Lo que sí me asusta de estas dos películas es que los maltratos, las torturas, los abusos que muestran, todos son juegos de niños en comparación con lo que se hace estos días. En la actualidad Gandhi no habría podido ni empezar a enfrentarse al gobierno invasor sin que lo matara en un par de días algún terrorista genérico que desaparecería sin dejar rastro. Hoy por hoy, las apuestas están mucho más fuertes, y nadie vale nada.
Nota: los artículos de wikipedia sobre las dos películas, enlazados arriba, necesitan de una mano voluntaria que los amplíe, por ejemplo contando mejor el argumento. Ánimo que es fácil.
Como ya me pasó cuando vi Gandhi, me sorprende darme cuenta de cómo las cosas que pasan hoy ya han pasado antes, y además hace relativamente poco... en un momento dado de la película, alguien se escandaliza porque en Gran Bretaña sale una ley antiterrorista por la que la policía puede retener a cualquiera durante 7 días sin acusarles de nada (en la película, como en la realidad, usaron esos 7 días para intimidarles y torturarles en busca de una confesión). Mirad ahora, ¿quién se sorprende de que se pueda arrestar a gente, ponerles en una cárcel militar durante años bajo tortura y en contra de los derechos universales más básicos, no darles acceso a abogados durante mucho tiempo, y no dar a los abogados permiso para ver las pruebas contra sus clientes? Por supuesto, hablo de la base de Guantánamo. Nos suena vagamente que hay cárceles parecidas en otros países, ¿no? (sólo vagamente, como un rumor lejano... espera, que son terroristas, ¡se merecen eso y más...!)
Lo que sí me asusta de estas dos películas es que los maltratos, las torturas, los abusos que muestran, todos son juegos de niños en comparación con lo que se hace estos días. En la actualidad Gandhi no habría podido ni empezar a enfrentarse al gobierno invasor sin que lo matara en un par de días algún terrorista genérico que desaparecería sin dejar rastro. Hoy por hoy, las apuestas están mucho más fuertes, y nadie vale nada.
Nota: los artículos de wikipedia sobre las dos películas, enlazados arriba, necesitan de una mano voluntaria que los amplíe, por ejemplo contando mejor el argumento. Ánimo que es fácil.
miércoles, 14 de mayo de 2008
Fútbol Zen
Desde que llegué a Linz, casi todas las semanas he jugado al fútbol. Al principio con gente del RICAM, en un lago cerca de la universidad, con verde césped donde caer con gracia. El caso es que desde el principio se juntaron mis carencias futbolísticas (soy todo un paquete) con las actitudes poco amigables de los otros (dejar de pasarme la pelota por malo, jugar a lo bruto); el fútbol de los miércoles no era plato de buen gusto que digamos. Personalmente, me parece que los austriacos en general tienen un problema de actitud... En invierno empeoró la cosa, pues encima había que jugar a cubierto, pagando nada menos que 9 euros por cabeza. En fin, se ejercitaba más mi paciencia que mi cuerpo serrano.
Hace tres meses me apunté a fútbol en la uni, donde los humos serían mejores, los chavales (estudiantes) más majos y, siendo en el mismo horario que los del RICAM, ni me plantearía volver. Pero no, resulta que los chavales son grandes y fuertes, y dan patadas y entran con el hombro y se defienden con los codos. Y hablan alemán, cosa buena, porque lo único de lo que saben hablar es de fútbol (como no hablo mucho ni me interesa hablar de fútbol, todo el mundo pasa de mí). Hoy me preguntó uno de donde era, cuando le dije España empezó a hablar del europeo de fútbol en alemán con los demás. Yo, mejor así.
Pero sigo yendo a jugar, porque quiero fortalecer otras cosas que no son los músculos. Siempre he sido de los que se callaban y se cabreaban cuando les hacían alguna faena, y eso no estaría mal si no fuera porque mi cabeza tiene como pasatiempo favorito revivir los momentos más ignominiosos, cambiando detalles para acabar saliendo yo ganador, cosa que suena bien pero no es nada buena para la presión arterial. Y así me pasa todos los miércoles. Un día, porque me quedo en el banquillo más que los demás de mi equipo, a los que por supuesto les importa una mierda con tal de jugar ellos (todos son iguales, no importa con quién juegue cada día). Otro día, me dan un par de empujones y me tiro el resto del tiempo intentando decidir si debería hacer lo mismo al culpable, o a todos, o aguantarme, o decirle algo... el resultado suele ser siempre el mismo: los miércoles por la noche duermo mal porque me la paso ganando las peleas dialécticas (y a veces físicas) con las que mi cerebro tiene a bien entretenerme.
Pero voy aprendiendo. Un día, por romper la rutina, el resto de mi equipo me preguntó si me ponía de portero (claro, nadie quiere) y me salió decir que no. Se quedaron un poco pillados, le tocó a uno de ellos ponerse de portero (el menos pícaro, o el más tonto). Al rato me cambié con él... cuando yo quise.
Hoy un tipo que en general no me cae mal me dio un par de pataditas jugando y no dijo ni mu... me cabreé y empecé a romperme la cabeza sobre qué hacer. Acabé decidiendo pagarle con la misma moneda, pero como no soy ducho en patadas de alguna manera le hice algo de daño en la rodilla. No me amilané: me miró, le miré, no pedí disculpas. Pensé que me la iba a jurar, pero no. El caso es que luego pensé que había hecho mal, así que me fui a él en un descanso y le pedí perdón. Él empezó a decirme que es difícil jugar limpio, pero que es lo que hay que hacer... le solté que sí debía de ser difícil, porque él me había dado dos patadas hoy. En fin, lo dejamos amigablemente ahí. Y hoy volviendo con la bici, de nuevo teatro imaginario: pero esta vez, aprovechando el paseo en la naturaleza, fui analizando, pensando con calma, entendiendo, sobre todo sintiendo... e hice una buena limpieza interna. No descarto pelearme virtualmente con el pavo unos cientos de veces más en lo que queda de semana, pero se confirma de nuevo: querer es poder, y el que la sigue la consigue.
En un par de semanas se acaba el fútbol en la uni, y vuelvo a jugar con los de siempre. Les tengo unas ganas... ommm... ommm...
Hace tres meses me apunté a fútbol en la uni, donde los humos serían mejores, los chavales (estudiantes) más majos y, siendo en el mismo horario que los del RICAM, ni me plantearía volver. Pero no, resulta que los chavales son grandes y fuertes, y dan patadas y entran con el hombro y se defienden con los codos. Y hablan alemán, cosa buena, porque lo único de lo que saben hablar es de fútbol (como no hablo mucho ni me interesa hablar de fútbol, todo el mundo pasa de mí). Hoy me preguntó uno de donde era, cuando le dije España empezó a hablar del europeo de fútbol en alemán con los demás. Yo, mejor así.
Pero sigo yendo a jugar, porque quiero fortalecer otras cosas que no son los músculos. Siempre he sido de los que se callaban y se cabreaban cuando les hacían alguna faena, y eso no estaría mal si no fuera porque mi cabeza tiene como pasatiempo favorito revivir los momentos más ignominiosos, cambiando detalles para acabar saliendo yo ganador, cosa que suena bien pero no es nada buena para la presión arterial. Y así me pasa todos los miércoles. Un día, porque me quedo en el banquillo más que los demás de mi equipo, a los que por supuesto les importa una mierda con tal de jugar ellos (todos son iguales, no importa con quién juegue cada día). Otro día, me dan un par de empujones y me tiro el resto del tiempo intentando decidir si debería hacer lo mismo al culpable, o a todos, o aguantarme, o decirle algo... el resultado suele ser siempre el mismo: los miércoles por la noche duermo mal porque me la paso ganando las peleas dialécticas (y a veces físicas) con las que mi cerebro tiene a bien entretenerme.
Pero voy aprendiendo. Un día, por romper la rutina, el resto de mi equipo me preguntó si me ponía de portero (claro, nadie quiere) y me salió decir que no. Se quedaron un poco pillados, le tocó a uno de ellos ponerse de portero (el menos pícaro, o el más tonto). Al rato me cambié con él... cuando yo quise.
Hoy un tipo que en general no me cae mal me dio un par de pataditas jugando y no dijo ni mu... me cabreé y empecé a romperme la cabeza sobre qué hacer. Acabé decidiendo pagarle con la misma moneda, pero como no soy ducho en patadas de alguna manera le hice algo de daño en la rodilla. No me amilané: me miró, le miré, no pedí disculpas. Pensé que me la iba a jurar, pero no. El caso es que luego pensé que había hecho mal, así que me fui a él en un descanso y le pedí perdón. Él empezó a decirme que es difícil jugar limpio, pero que es lo que hay que hacer... le solté que sí debía de ser difícil, porque él me había dado dos patadas hoy. En fin, lo dejamos amigablemente ahí. Y hoy volviendo con la bici, de nuevo teatro imaginario: pero esta vez, aprovechando el paseo en la naturaleza, fui analizando, pensando con calma, entendiendo, sobre todo sintiendo... e hice una buena limpieza interna. No descarto pelearme virtualmente con el pavo unos cientos de veces más en lo que queda de semana, pero se confirma de nuevo: querer es poder, y el que la sigue la consigue.
En un par de semanas se acaba el fútbol en la uni, y vuelvo a jugar con los de siempre. Les tengo unas ganas... ommm... ommm...
lunes, 5 de mayo de 2008
Conferencia España-Austria
Creo que no he comentado que estoy metido en la Asociación Española en Austria, en concreto soy uno de los representantes en la provincia de la Alta Austria. No hacemos nada del otro mundo en nuestra región, organizar una reunión mensual para gente que quiera practicar español y poco más. El caso es que sí hemos organizado algo grande la semana pasada: una conferencia sobre intercambio científico universitario entre España y Austria (los papás de la criatura fueron mis amigos Nora y Andrés). La idea era dar a conocer los lazos científicos y las posibilidades de irse de un país a otro a estudiar o trabajar en cosas científicas. Salió bastante bien, si tenemos en cuenta lo corriendo que se hizo todo (el ministerio español de Trabajo y Asuntos Sociales dio financiación, pero lo notificaron tarde como siempre).
Un par de fotos del evento.
Un par de fotos del evento.
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